El internado

Parte 2

SOSPECHAS

Un mes después de la muerte de Charles los maestros estábamos realmente preocupados por Tomas, al parecer no quería aceptar la muerte de su mejor amigo, lo cual era perfectamente comprensible para un chico de su edad, pero él estaba llegando a los límites de nuestra paciencia. Repetidas veces Tomas hizo cosas como anotar a Charles como su bina en los trabajos en equipo, actuar como si estuviera jugando con él, hablarle a la nada e incluso vestir ropa suya.

Ninguno de los profesores podía evitar mostrar su preocupación, pero era un asunto demasiado trivial para la mesa directiva y las órdenes fueron bastante explícitas cuando dijeron que no se debía hacer nada al respecto, ya que era evidentemente una forma de llamar la atención muy pasajera.

LOS PLANES

Las cosas proseguían con normalidad, a excepción de que los maestros no querían que estuviera con Charles en los trabajos de equipo, al parecer deseaban vernos convivir con otros. Adultos, ¿Quién los entiende? Charles andaba muy desconcentrado, más de lo usual, le pregunté al respecto pero en cuanto surgía el tema él sólo se excusaba diciendo que no era nada y saliendo temporalmente de su mundo de fantasía.

Finalmente un jueves en la tarde lo dijo:
-Planeo incendiar la escuela-
-¿Qué? ¿Cómo? ¿Por qué?-
-Supuse que reaccionarías así-
-Cualquiera reaccionaría así, ¿Por qué piensas incendiar la escuela?-
-Una larga lista de rencores que tengo contra compañeros y maestros-
-¿Qué te han hecho?
-Los abusos de los chicos mayores y la incompetencia de los profesores ¿Recuerdas? Además eres mi único amigo, por mí que el resto se muera. Es más ¿Me ayudas?-
-¿Estás loco? Por supuesto que no-
-Descuida, no nos atraparán, tengo todo muy bien planeado, sucederá mañana:

9:30 Fin de la clase de química, oportunidad perfecta para tomar líquidos flamables mientras todos salen.

10:20 Hora del almuerzo, necesitamos los cerillos que la cocinera siempre deja al lado del mostrador, lo tomaré mientras me acerco a pedir algo de comer.

13:40 La maestra Sandra sale de su despacho a su almuerzo, tomamos las llaves de emergencia de su gabinete.

20:00 Todos están en sus recámaras, cerraremos las puertas con llave y con mis pinzas descomponemos la alarma de incendios.

00:00 Rociamos los líquidos flamables por toda la escuela, comenzando por el piso más alto y luego les prendemos fuego.

02:00 Disfrutamos de nuestra obra afuera mientras llega la policía y nos hacemos pasar por chicos inocentes.

-¿Qué opinas?-
-No, no, no y mil veces no-
-Pero si es perfecto-
-Sea o no perfecto no quiero ser parte de eso, eres mi amigo pero no tengo la sangre fría para hacer eso-
-Bueno, entonces al menos hazme el favor de no delatarme y acompañarme como buen chico que eres-
-De acuerdo, solo porque también eres mi único amigo-

QUE COMIENCE EL SHOW

Todo salió perfectamente, casi no puedo creer que haya funcionado, supongo que subestimé la habilidad de Charles de mentir y de hacer planes como este. Lo único que yo hacía era seguirlo y darle el apoyo incondicional de un buen amigo. Él no se veía muy contento, pero creo que más bien era que no quería desconcentrarse.

Al finalizar salimos y nos sentamos en el suelo a admirar aquel fuego que consumía la parte, al menos mía, más terrible de mi corta existencia.

ATRAPADOS

La policía y los bomberos no tardaron mucho en llegar, obviamente nos interrogaron con múltiples preguntas, pero al parecer soy muy malo mintiendo pues no pensaron que fuera totalmente cierto. Nos llevaron a la comisaría federal, pude escuchar algunos murmullos que salían de la puerta, nos estaban describiendo para identificación, seguramente parte del proceso habitual.

De la nada apareció un señor, robusto, vestido de azul marino y con gafas oscuras. “Ven conmigo” dijo mientras tomaba mi mano para escoltarme a un enorme cuarto. Me conectó algunos cables.

-¿Qué sucede? ¿Qué van a hacerme?-
-No te preocupes, solo es parte del proceso-
-OK, pero ¿Qué debo hacer?-
-Acabo de conectarte un detector de mentiras, solo cuenta tu historia-
-Ah…Esta b-bien-

Jamás había estado tan nervioso en toda mi vida, debía mentir sobre lo que hice con un montón de cables conectados. Comencé bien, supongo, pero no soportaba la presión, al poco rato supieron que estaba mintiendo, pero al parecer no quisieron decirme nada en el momento, luego fue turno de Charles.

CONFESIÓN

Estaba atrapado, era el fin del camino, un policía habló conmigo seriamente, dijo que si no decía la verdad tendrían que enviarme al reformatorio juvenil. Yo no quería, pero tampoco dejaría a mi amigo solo, sin embargo la idea de tener que pasar de una escuela horrible a un reformatorio lleno de delincuentes me aterraba, tuve que confesar que había sido Charles el que planeó todo

-¿Charles? ¿Quién es él?-
-Acaba de pasar al interrogatorio, es mi mejor amigo-
-¿Cómo es él?-
-¿Cómo que cómo es él? Vino conmigo en su patrulla-
-Escucha, ya estuvo bueno de mentiras-
-No miento-
-Pues no había nadie contigo cuando te recogimos del internado-

LA LOCURA

El chico insistía en que todo había sido planeado por ese tal Charles. La puerta se abrió y salió un hombre bastante mayor, el pequeño señaló diciendo “Él es”, yo lo tomé de la mano y le pregunté “¿Él?” pero reclamó “No, ese no, el chico junto a la puerta”. No había nadie, parecía evidente que estaba mintiendo, pero su voz era bastante convincente. Le hicimos un segundo examen, sus palabras resultaron ser reales, significaba que en teoría no estaba mintiendo. Le hicieron pruebas psicológicas, el resultado fue lo que me temía, estaba loco.

Aparentemente había desarrollado, en parte esquizofrenia, en parte síndrome de personalidad múltiple, ese tal Charles del que hablaba era meramente producto de su imaginación, aunque se ignoraba la causa que había originado tal trauma. Después de múltiples exámenes decidieron encerrarlo en el manicomio…

~Gina~